EDITORIAL: CUATRO
AUTOR: GEORGES DIDI-HUBERMAN
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DISPONIBILIDAD: INMEDIATA
¿Sería la escultura un lugar en donde nos volvemos capaces de tocar el pensamiento o la lengua por nacer? ¿Sería una piel capaz de dar, a todo lo que ella toca, la relativa perennidad de las huellas? Las dos preguntas de Georges Didi-Huberman (nacido en 1953) se hallan en este bello escrito, mezcla de crítica artística, de poesía, de ensayo dramático.
En Ser cráneo, muestra cómo el creador es un inventor de lugares y por tanto es capaz de dar encarnadura a espacios no pensados antes y casi imposibles pero que finalmente se hacen visibles. En este caso, el punto de partida es un cráneo, figura de la pintura antigua o moderna, figura de referencia para Leonardo y para Durero, pero asimismo para la anatomía o para el escultor contemporáneo.
Por ejemplo para el arte de Giuseppe Penone, que además es un gran escritor. «El espacio nos precede —dice éste—; el espacio ha precedido a nuestros antepasados; el espacio seguirá después de nosotros». Fosilizar los gestos realizados en cierto lugar marca el propio espacio, pues «crear una escultura es un gesto vegetal: es la huella, el recorrido, la adherencia en potencia, lo fósil del gesto hecho, la acción inmóvil, la espera».
Sus imágenes y sus palabras le permiten elaborar a Didi-Huberman decenas de reflexiones nuevas, luminosas, precisas, complejas, inquietantes.
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