lunes, 22 de agosto de 2011

El Aire y los Sueños

EDITORIAL: FCE

AUTOR: GASTON BACHELARD
VALOR:
DISPONIBILIDAD: INMEDIATA

Los estudiosos modernos de poesía o de poética tienen como referencia obligada la obra del pensador francés Gastón Bachelard (1884-1962), uno de los espíritus intelectuales más generosos y desplegados de nuestro tiempo. Bachelard no fue un mero teórico ni un trabajador intelectual especulativo: mostró la vida en los textos, puso en relación la imaginación poética con lo que solemos llamar el mundo del exterior. De una formación múltiple y una notable erudición, Bachelard supo -con alegría y rigor únicos- modificar la concepción de la crítica literaria y, con ello, nutrir los movimientos más avanzados en el análisis del lenguaje literario. Fue un conocedor de varias disciplinas -la ciencia y su historia, la psicología, el psicoanálisis y, por supuesto, la literatura y en particular la poesía- y un filósofo en el estricto sentido de la palabra.
En este libro el lector encontrará, tratada con un sentido eminentemente lírico, la función de la poesía y sus estrechas relaciones con lo imaginario. La imaginación no sólo es la facultad de formar imágenes, sino de transformarlas en una movilidad constante. "Si no hay cambio de imágenes -escribe el autor-, unión inesperada de imágenes, no hay imaginación". Desde la psicología y la filosofía Bachelard aborda ese problema con el fin de descubrir cómo el poeta une el dinamismo psíquico y la reflexión filosófica en la imagen poética.
Además de ser una forma de comunicación, las palabras adquieren en la poesía nuevos significados y se unen a los símbolos y a los pensamientos para construir los tres planos en que se expresa la realidad de lo poético. Mas la poesía, cree Bachelard, no es simplemente lo que sus palabras describen ni lo que evocan ni lo que afirman; por debajo del verso y de su significado, prevalece el silencio que es un pensamiento oculto, secreto, aflorado desde sus raíces hundidas en el sueño. Así, ni la grandilocuencia ni la declamación ni la sonoridad definen lo poético.

No hay comentarios:

Publicar un comentario